El miedo se hereda (HERENCIA CULTURAL)
Los Ángeles – La metáfora y simbología son claves para entender lo "complicado y difícil" de La teta asustada, explicó la directora peruana Claudia Llosa sobre su película nominada al Oscar.
El drama psicológico de la realizadora radicada en Barcelona narra la historia de una joven traumatizada indirectamente por la guerra contra el terrorismo que azotó duramente el Perú durante la década de 1980, cuando militares y terroristas cometieron atrocidades que incluyeron la violación de mujeres.
Pese a ni siquiera haber nacido en la época de la violencia terrorista, Fausta, interpretada por Magaly Solier, vive con el temor de ser violada igual que su madre. Para evitar ser víctima de ese mismo abuso, decide ponerse secretamente una papa en la vagina y ahuyentar así a quienes quisieran hacerle daño.
Algunas provincianas, como Fausta y su madre, creen que el trauma en cuestión, al que llaman "la teta asustada", se transmite a los bebés a través de la leche materna.
La muerte de su progenitora hace que la protagonista confronte su secreto y otros desafíos prácticos en búsqueda de una sanación.
El filme está inspirado en el libro Entre prójimos: El conflicto armado interno y la política de la reconciliación en el Perú, de la antropóloga de Harvard Kimberly Theidon.

La trama y todo el aspecto técnico para mostrar y hacer entender el dolor humano de Fausta hace de la "La teta asustada" una película "complicada, difícil, que no todo productor está dispuesto a echarse a los hombros", dijo la directora y guionista del filme en una entrevista en Los Ángeles. "Por eso la metáfora y los símbolos son importantes. No sólo en lo poético, en lo gráfico, sino en el diálogo".
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